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La
Guerra Civil Española:
Escasos datos tenemos sobre
el uso y empleo de este artefacto en nuestra guerra. Todas las referencias
sobre el terreno nos llevan a los combates en el arco
levantino durante
la primera mitad de 1938, por lo que es de suponer que no llegaron antes a
las unidades.
Para más INRI, solo hay
unos pocos en colecciones de museos militares que justamente llevan una
espoleta de funcionamiento por impacto como la de la imagen que inicia este
documento.
Que decir sobre el empleo,
sobre el cual han sido todo dudas que me gustaría quedasen correctamente
puntualizadas:
¿Quizás
antitanque? No tiene sentido lanzar una granada con seguro de distancia
contra un blindado, pues cabe la posibilidad de no tener la distancia de
seguridad suficiente. Además la carga que emplea quedaría esparcida por
la superficie del blindaje, sin mucha utilidad.
¿Granada
incendiaria? No
tiene mucho sentido lanzar a mano una granada que va a hacer arder el
campo a tu alrededor mientras avanzas.
Todas estas dudas quedaron
resueltas una vez cayo en mis manos una copia del “Norme tecniche per
l´impiego dei materiali neobbiogeni” editado en 1935 en Roma por el
Ministerio della Guerra, que describe correctamente este artefacto y que lo
identifica como “Bomba a mano fumogena incendiaria”.
Este manual nos dice que
estaba cargada con 150 gramos de fósforo blanco, que al explotar el
artefacto podían llegar a proyectarse a unos 30-60 m creando una espesa
humareda blanca sin ser toxica ni irritante. Eso si, debe tenerse en cuenta
que su uso en climas secos, cerca de material inflamable como paja, hierba
seca o maleza, puede llegar a provocar pequeños incendios.
No cabe la menor duda, de
que debió emplearse para crear nieblas a la hora de proteger los avances,
señalizar posiciones a la artillería propia, etc…
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