Las bombas rusas de fragmentación, también llamadas antipersonales, se fabricaron de tres maneras diferentes, por el material empleado unas lo fueron en acero y otras en hierro fundido y, además, se reutilizaron proyectiles de artillería, normalmente de procedencia francesa, que habían sido desechados por taras en su fabricación. Este último sistema, muy empleado por distintas aviaciones en los comienzos de la utilización de esta en misiones de bombardeo, fue implementado por los responsables del Ejercito Ruso por dos motivos, primero ante la imposibilidad de fabricación del número de bombas suficiente para su abastecimiento y, segundo, para dar salida al enorme almacenamiento de proyectiles de artillería y para reciclado de los fabricados de forma defectuosa.

Como en todas las bombas rusas, su designación viene dada por su propósito de utilización, peso en kilogramos y modelo.

Las bombas de fragmentación, antipersonales, que formaron parte de la ayuda rusa al Bando Republicano fueron las siguientes:

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